Los gecos y salamanquesas son lagartos pequeños con
el cuerpo macizo, cuatro patas bien desarrolladas y cola corta y carnosa;
poseen en los dedos discos adhesivos gracias a los cuales pueden desplazarse
por superficies verticales. Las iguanas son propias del continente americano y
suelen presentar una hilera de espinas en el dorso del cuerpo y una cola larga
y resistente. Los camaleones son lagartos arborícolas que utilizan su cola
larga y prensil y sus dedos transformados en pinzas para agarrarse a las ramas;
son capaces de cambiar de color y se alimentan de insectos que cazan con su
lengua larga y pegajosa. Los eslizones o escincos presentan el cuerpo alargado
y cilíndrico y generalmente tienen un tamaño pequeño, de no más de 12 cm de
longitud; algunas especies poseen las extremidades muy reducidas. El lución es
un lagarto ápodo de aspecto serpentiforme que en caso de peligro puede perder
la cola para distraer a sus depredadores. Los varanos presentan una cabeza
pequeña unida a un cuello largo y móvil, unas patas robustas provistas de
poderosas uñas, y una cola larga y poderosa.
Los lagartos típicos y las lagartijas del Viejo
Mundo pertenecen a la familia Lacértidos (Lacertidae), mientras que los
del continente Americano forman la familia Teídos (Teiidae). Los
Lacértidos engloban unas 180 especies diseminadas por Europa, Asia y África,
excepto Madagascar; tienen el cuerpo más o menos largo, con la cabeza bien
diferenciada, y presentan las cuatro extremidades y la cola bien desarrolladas.
La vista y el oído son buenos; los ojos suelen estar cubiertos por párpados
móviles y la abertura timpánica es bien visible a ambos lados de la cabeza.
Tienen la lengua bífida, cubierta de papilas que recogen las partículas
olorosas y que después serán percibidas por el órgano olfativo (órgano de
Jacobson). La cabeza está cubierta por placas grandes mientras que las escamas
del tronco son más bien pequeñas. Las patas terminan en cinco dedos adaptados a
la carrera. En la parte interior de los muslos presentan los llamados poros
femorales, más desarrollados en los machos que en las hembras, que se hacen más
visibles durante la época de celo.
Los lagartos y las lagartijas son por lo general
animales diurnos; les gusta tomar el Sol y se alimentan sobre todo de insectos
y otros invertebrados, aunque algunas especies comen sólo materia vegetal. La
mayoría de las especies se reproducen por huevos (ovíparas) y los depositan en
galerías excavadas por ellas mismas, entre las raíces de los árboles o debajo
de las piedras; hay también especies ovovivíparas.